El verano es la época del año de máxima expansión, a su vez domina el elemento fuego y la temperatura es la mas alta del año.
Para adaptarnos sin problemas a estos cambios y llevar lo mejor posible tanto calor debemos adaptar nuestra alimentación a las circunstancias externas.
Muchas personas sienten mucho calor y se alimentan de frutas y ensaladas, helados, bebidas frias , etc pensando que asi refrescan el cuerpo, pero con este tipo de alimentación, el organismo se enfría poco a poco por dentro y lleva el calor a la superficie corporal con lo que sentimos mas calor en verano y llegamos al otoño muy frios propiciando los resfriados.
Es cierpo que en verano no apetece un potage de legumbres cocinado a fuego lento, pero podemos comer las legumbres a temperatura ambiente en forma de ensalada.
También podemos comer ensaladas pero no como plato único y principal sino que debemos seguir dandole importancia a los cereales integrases y a las sopas.
En verano, las sopas se toman templadas y podemos añadirles ingredientes refrescantes como pepino.
Y mucho cuidado con las bebidas azucaradas, helados, etc, son muy tentadores en esta época del año pero muy debilitantes para el cuerpo y causa común de las gripes y enfermedades otoñales.
Siguiendo el sentido común y una buena dieta, el verano no nos presentará problemas y llegaremos al otoño llenos de energía.
Que disfruteis
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